Ya lo ves, la vida es así, tú te vas y yo me quedo aquí.
No sé, no digas nada, de verdad. Si ves alguna lagrima, perdón. Ya sé que no has querido hacer llorar a un gato herido. Si alguna vez nos vemos por ahí, invitame a un café y hazme el amor. Y si ya no vuelvo a verte, ojalá que tengas suerte.