lunes, 11 de abril de 2011

tres cosas

calendario, tennis viejos, sudor.

viernes

Me siento culpable por no amarte. Aunque lo hago. Tal vez por un momento, tal vez por más. No puedo mentir, hay días en que ansío verte. Te imagino sintiéndome, me imagino sintiéndote. Tu cuerpo, más obscuro, más velludo, más viril. Desabotono tu camisa, te la quito, brutal.
Creo que sí te amo, ya no funciono con nadie más. Me excitas más allá de lo que recuerdo nadie jamás me haya excitado. Creo que es mentira, tal vez, no sé.
Hoy no hay nadie que me excite como me excitas. Pasan los días, y lo olvido, me olvido de ti. Tengo en mi mente otros amantes, otros prospectos. Simplemente prospectos. Nadie me coge como tú. Fuerte y lento, agresivo y suave. Si me quieres orinar, me puedes orinar. Si me quieres dar una nalgada, tienes permiso. Si quieres corregir mis posiciones hasta que me vuelva una estrella porno, puedes hacerlo. Y si me quieres amar, ámame.
Yo te amo, aunque sea algún viernes por un par de horas. Sin ropa. Sólo tu sudor, tu mirada, tus ganas. Mis labios, tus labios, mi mirada en tu mirada, mis ganas, tu sudor.
Te prefiero sin ropa. Y es que... el estilo de tu ropa me trae tantos recuerdos. memorias extrañas de personas lejanas. Unos tennis desgastados que imagino guardados desde los noventa. Un pantalón de pana. ¿Y si no son otros y tal vez soy yo? Te prefiero sin ropa. Abrazándome, besándome, tomándome la mano.
Tú no lo sabes, pero mientras estás dentro de mi, te digo que te amo; te grito que te amo. Lo repito una y otra vez en mi cabeza. Gimo y tu bajas. Muerdes mis nalgas.
Cruza tus dedos con los míos. Agita. Penetra.
Tu amigo sabe mi nombre, conoce mi cara. Ya no es un secreto. Me siento culpable de no amarte, pero lo hago, aunque sea cada viernes por un par de horas. Aunque sea algún viernes por un par de horas, lo grito y no lo sabes.